ME CAGO EN DIOS
Estaba rezando el domingo pasado por uno de esos motivos que siempre está de más mencionar... teniendo una charla muy larga y de hombre a hombre con Dios.
En aquel momento, cuando hablé con Él, no lo hice orando, sino conversando. Fue un momento único y raro en el que tomé mi pequeño corazón y se lo abrí.
Por lo que paso un largo tiempo ahí, por primera vez en muchos años, de rodillas ante la cama, charlando con él como si fuera un amigo. Finalmente, cierro la noche con un "Padre Nuestro", y cuando me voy a poner de pie, me doy un duro golpe con el resquicio de hierro de la cama y me parto la rodilla.
Empiezo a dar vueltas por todo el cuarto, gritando a todo pulmón, con una mano sosteniendo la pierna... sintiendo como todo el líquido medular sinótico se derramaba, y viendo con los ojos vidriosos y llenos de venas a mi rodilla, la cual estaba roja como un tomate.
De camino al hospital, juré que, en lo que me recuperase, haría un ritual satánico, sacrificando a algún mamífero de más de 15 kilos.
| CUIDADO: Dios conspira contra ti |
3 de agosto, 2005