Soy un tipo realmente fastidioso...
((ACLARACIÓN: Este artículo está dedicado a todas las personas molestas, que tienen un anti-talento natural para darse cuenta de lo pesadas que le caen a otras personas por sus chistes ofensivos. Ésto está dedicado a ustedes)). Hoy me puse a reflexionar sobre lo fastidioso que puedo llegar a ser. El otro día, en el gimnasio, le pellizqué el culo a mi instructor delante de todo el mundo. Tuve que ser realmente rápido para lograr esquivar el manotazo que estuvo a punto de darme... no me quiso hablar el resto del día, ni siquiera me señaló si estaba haciendo bien o mal los ejercicios rutinarios.
La semana pasada, en la universidad, estuve molestando a uno de mis amigos: un gordo enorme que cometió el terrible error de decirme que estaba intentando hacer una dieta. Cada vez que salimos de clases señalo uno de los autobuses que salen de la universidad y grito: ¡¡¡OYE ANTONIO, PERSIGUE ESE TWINKY!!!
Si, ya sé que ese es un viejo chiste dedicado a Chris Farley, pero no importa, cualquier cosa sirve.
Cada vez que él intenta insultarme por algo, o incluso devolverme la broma, le pego duro en el estómago y en los brazos, por no decir que a veces le doy rodillazos en los testículos (le molesta mucho que haga eso).
Otro de mis compañeros de clases es negro, y me divierto mucho inventando insultos racistas cada vez que puedo.
Cuando alguien llega con un dulce o una de esas bolsitas de doridos y le ofrece a nuestro grupo, yo le aparto la mano a él diciendo "los negros no pueden comer cosas de blancos". Al principio se reía, pero ya ni siquiera me saluda al final de clases...
Me gusta abrazar a la novia de uno de mis amigos, y frotarle la espalda cariñosamente, mientras me le quedo viendo a él con sonrisa sobrada, relamiéndome los labios.
A veces me meto la mano dentro del pantalón para jalarme algunos vellos púbicos y colocarlos sobre el pupitre de cualquiera de las compañeras que estén sentadas alrededor de mí... claro, sólo les toma un segundo soplarlo fuera del mesón, pero lo importante es que les molesta. Una vez tomé la cartuchera de una y la llené de vellitos...santo José Gregorio Hernández como se arrechó, recuerdo que en aquél entonces yo me acerqué a ella y le dije que la culpa fue del negro... pero no se lo creyó.
Me gusta crear argumentos largos y pesados sobre lo estúpido que es el fútbol cada vez que los encuentro teniendo alguna conversación sobre cualquier partido reciente, o la eurocopa, o la copa de las américas... de hecho, recuerdo que yo era el único celebrando cuando Grecia ganó.
Uno por lo general piensa que eso amerita que alguien me golpee en la cara, pero nadie lo ha hecho... en la vida real la gente tiene mucha más paciencia que en la televisión... no se atreven a hacer lo que tienen que hacer: así que yo sigo, y sigo, y sigo...
Las veces en que sorprendo a alguien por detrás, siempre le doy un capirotazo en la oreja... para los que no sepan lo que significa la palabra capirotazo, aquí lo coloco, extraído directamente del diccionario de elmundo.es:
Otras veces me mojo el dedo índice con saliva y se los restriego por la oreja... a veces piso tierra adrede y luego le pego la suela del zapato al trasero del primero que vea con pantalones claros.
Cuando la gente me ve llegar al salón, noto siempre un clima de pesadez en sus miradas... y eso me da cierta satisfacción. Nadie se atreve a meterse conmigo.
Soy un Líder
Soy un Dios
18 de octubre de 2005